Política
Corrupción: el cáncer de la política
La corrupción nace desde no cumplir con la primera premisa de gobierno: El poder debe controlar al poder.
Para evitar que el poder corrompa al individuo se lo dividió en tres facultades: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Estos deben controlarse entre sí, por eso son poderes autónomos, conformando así el gobierno de una sociedad democrática.
Para verificar si esto es así en la actualidad, tenemos que responder a las siguientes preguntas: ¿Estos poderes cumplen con su función? ¿Son poderes autónomos? ¿Se controlan mutuamente? ¿Cuál de ellos es más dominante?
La sociedad política de hoy ha creado su propia estructura que degrada el sistema democrático ya que predomina la idea de “dominar al otro” y que todos obedezcan a los caprichos del funcionario de turno.
Existen algunos políticos que trabajan desde el llano con el pueblo, son los menos. Pero el poder de esta pirámide es más fuerte, sólida en cuanto a recursos y fieles en tapar los hechos ilícitos que cometen. Y desafían a cualquiera a que les prueben algún hecho ilegal, porque saben que pueden zafar a cambio de un favor, corrompiendo de esa manera a las personas que los desafían; y si esto no resulta, los amenazan hasta poderlos coaccionar.
El primer acto de corrupción que comete un político es una piedra en el zapato, esto lo hace caminar chueco en toda su carrera política.
¿Cuáles son esos actos corruptos?
Promesas no cumplidas, la transa política, el rosqueo, elegir a dedo a personas para ocupar los cargos sin tener en cuenta las capacidades y cualidades, el funcionario que sabe de hechos corruptos y no los denuncia, el que delinque y no rinde cuenta con la justicia, el cinismo colectivo de dar por supuesto que la sociedad roba y aquel que no lo hace es un tonto, etc.
La corrupción tiende a multiplicarse como un cáncer que avanza sin parar hasta acabar con todos.
Lamentablemente este cáncer viene desde arriba hacia abajo, por lo que se hace muy difícil combatirlo. Si esta enfermedad estuviera sólo al pie de la pirámide sería fácil de combatir porque el poder estaría a salvo de ella, pero lamentablemente no es así y hoy está enquistada en la cúspide.
La corrupción acentúa en la sociedad la desigualdad de oportunidades ya que una persona se enriquece a costa del sufrimiento de los que menos tienen.
La solución a esto es colocar a personas con gran firmeza moral en el poder para que desde allí combata hacia abajo la corrupción generalizada en el sistema democrático.
La corrupción produce desconfianza en los partidos políticos, en los dirigentes políticos y en la mayor parte de instituciones públicas. Conduce a mucha gente a adoptar estrategias menos cooperativas y fomenta la deserción con el objeto de no ser explotado por personas pertenecientes a redes corruptas.
Como consecuencia de lo anterior, en muchos países, genera abstención y pérdida del interés por la política, por períodos prolongados.
La lucha contra la corrupción implica dos enfoques complementarios: uno concentrado en el combate frente a los actos realizados y otro concentrado en acciones preventivas. Entre las acciones preventivas se pueden nombrar la transparencia de las instituciones ante el uso de recursos públicos, mayor independencia de los medios de comunicación y la revisión legal de las normas que se relacionan con el poder judicial para lograr una mayor independencia del poder ejecutivo y legislativo.
Si el poder legislativo y ejecutivo son controlados por ciertos partidos corruptos, estos pueden modificar la situación legislativa entorpeciendo las labores judiciales o incluso convirtiéndolas en algo inocuo.
En ciertas épocas históricas, la aparición de manifiestos, figuras intelectuales o nuevos partidos políticos provocan el cambio necesario en la legislación para que actos de esta índole no sucedan.
La Ventana
